Invitación a la reflexión sobre los alcances de Internet para los medios de comunicación libres

El objetivo de esta breve columna es reflexionar respecto del uso y el alcance que tiene Internet para nuestros fines como medios de comunicación y debate, sobre todo en una zona del mundo en donde la injusticia reina. 

No quiero con estas palabras quitar mérito al avance tecnológico que significa la red de Internet u otros proyectos similares (red Mesh, por ejemplo), los cuales nos han permitido a los medios de comunicación difundir con un alcance mayor (en distancias) nuestras opiniones, reflexiones e ideas. Y en el caso particular de cada uno de nosotros, acceder a un sin numero de conocimientos e informaciones que han cultivado nuestras propuestas y también incluso nuestras ideas políticas. Lo que si se pretende es develar algunos prejuicios sobre su efectividad y alcance, demostrando que somos un grupo privilegiado el que accede a estos beneficios y, por cierto, muy restringido. 

Cuando pensamos en difundir una idea o abrir un canal de diálogo y debate, por lo general como medio de comunicación pensamos en que este debe ser de fácil acceso para quien lo busque o esté dispuesto a escucharlo/leerlo/verlo, si lo primero no se logra, difícilmente vamos a lograr generar el debate, y nos quedaremos entre los de siempre (nuestros círculos de afinidad). Pero si uno lo que busca es generar una confrontación de ideas que pueda ir más allá de los conocidos y llegar a esos espacios donde hay gente dispuesta a escuchar y conocer otras realidades, aunque no piense igual que nosotrxs, debe cambiar el rumbo: Internet no da cabida a aquel proyecto, en definitiva “Nos queda chico”. 

El INE (Instituto Nacional de Estadísticas) a partir del censo del año 2002 determinó que existe en la Región Metropolitana (RM), la más poblada del país, un 15,68% de viviendas urbanas con acceso a Internet y 8,79% a nivel rural. Planteo como ejemplo la RM ya que es la más poblada del país. 

Sin duda que las cifras planteadas anteriormente no consideran que las personas no solo tienen acceso a Internet en sus casas, sino también en la escuela y el trabajo: Esto no garantiza una mejor utilización de esta herramienta, todo lo contrario. Acceder al Internet desde la oficina o la escuela pocas veces permite una navegación que entregue la tranquilidad de visitar diversos medios o sitios web, sin una presión externa. Mucho menos lo permite si comparamos los diversos estudios sobre comprensión lectora en Chile, en donde elevados porcentajes de personas sabiendo leer y escribir son incapaces de comprender lo que leen. 

En definitiva, con esta vaga reflexión buscamos invitar a los medios libres a librarse de las falsas esperanzas que otorga Internet e impulsar los esfuerzos de cada proyecto a ocupar los espacios limitados por las estructuras de poder a causa de sus tiránicas legislaciones: Es necesario, para tener un alcance real y evitar dejarnos engañar por las garantías de libertad de expresión que supuestamente otorga Internet que los medios libres salgamos de la Internet, o la utilicemos solo como respaldo en la difusión. El espectro radiofónico, colapsado por las radios religiosas y comerciales, debe ser re-ocupado, del mismo modo debemos luchar desde todos los frentes respecto de la t.v. digital y las normas que se están planteando, que sin sorpresa de nadie han limitado profundamente la proliferación de medios alternativos. La misma tarea debe plantearse para los periódicos y editoriales. No hay arma más peligrosa que una que permita abrir la mente. Y sólo si logramos que estas estén dispersas por las calles para que algún incauto, o un ávido de conocimientos, pueda dar con ellas en algún momento lograremos dar un paso grande. De lo contrario nos quedaremos embobados por los manjares que nos presenta Internet, pero que muchas veces no sale de la discusión en pequeños círculos de personas como nosotrxs: un grupo limitado que tiene acceso a esto. 

En el artículo titulado “salir de internet”, Dave Winer afirma respecto de la “primavera árabe”: “El mayor error que cometieron en Egipto fue desconectar Internet. Cuando lo hicieron, la gente no tuvo otra opción que salir de sus casas y volcarse en la calle. Los habitantes ya no podían saber “qué pasaba” quedándose tranquilos en sus casas, que es precisamente lo que cualquier gobierno desea si su objetivo es hacer fracasar una revolución.”. Esto nos lleva a pensar que sin duda una de las mayores virtudes que ha tenido Internet ha sido mantenernos comunicados, y eso es innegable, pero más que eso, nada. 

Del mismo modo, y para concluir, invito a revisar la Constitución del Estado-Nacional chileno respecto de los reglamentos que influyen en la proliferación de medios de comunicación (imprentas, editoriales, radios, periódicos, etc.) y comprobar personalmente cómo estas leyes están configuradas precisamente para limitar el discurso y las ideas. 

Desde alguna maloliente alcantarilla porteña, 

Atte., 

Las ratas de Radio ConCiencia.