Mercantilización de la educación superior en Colombia: La reforma a la ley 30 de 1992

El año pasado en Chile estudiantes y la sociedad de esta zona del continente exigían educación gratuita y de calidad para todxs, para con ello terminar con las enormes desigualdades que mantiene este país. En ese contexto Chile no se encontraba aislado: En todo latinoamérica movimientos de las mismas características presionaban a sus gobiernos exigiendo cambios, y así ha continuado la lucha.
Aunque las enormes barreras mediáticas intentan ocultarlo, políticas como la Ley Antiterrorista, Plan Bolonia y Privatización de distintos servicios y Recursos naturales es algo que aqueja a todo el continente.

De este modo dejamos a continuación un documento redactado por un estudiante Colombiano sobre la situación de la educación en su país, y cómo se mantiene la lucha en contra de la ley 30. Con el pesar aún en nuestras mentes por la muerte de compañeros estudiantes de pedagogía en ese país, a manos del terrorismo de Estado, dejamos esta columna:

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Mercantilización de la educación superior en Colombia: La reforma a la ley 30 de 1992 

Por: Juan C. Bautista Estudiante de la Universidad Pedagógica Nacional 

Integrante del Movimiento Político Marcha Patriótica

El Proyecto de reforma a la ley 30 de 1992; (ley que rige la educación superior en todos sus ámbitos en Colombia) concibe la educación como una mercancía, desconociendo de plano las luchas que permitieron su reconocimiento como un derecho social de todos los seres humanos. Bajo esta concepción, el gobierno nacional ha intentado avanzar en la consolidación de un modelo educativo que significa la paulatina privatización de la Universidad colombiana y en consecuencia, la ausencia de alternativas de vida digna para los jóvenes de nuestro país. 

Este proceso de privatización hace parte de la profundización del neoliberalismo, que se impone con fuerza desde las instancias encargadas de su regulación a nivel global como la Organización Mundial del Comercio (OMC), interesada en garantizar una ruta de mercantilización del escenario educativo para convertir la educación en un servicio, cuyo manejo resulta rentable para la empresa privada, y en una mercancía que se negocia como cualquier bien en el marco de los intercambios comerciales trasnacionales. El papel de la reforma a la educación superior en este escenario ha consistido en la implementación obediente de orientaciones; con fin de establecer un marco normativo que facilita la eficiente privatización de la educación superior, a través de la reducción de presupuesto y la incorporación de criterios empresariales en las administraciones de los claustros universitarios. 

Esta misma dinámica privatizadora se evidencia en las transformaciones sufridas por sectores como la salud, las comunicaciones y la seguridad social, inicialmente asumidos como responsabilidades del Estado en función de la satisfacción de los derechos de los colombianos, hoy negocios manejados por empresarios locales e internacionales. Esta serie de privatizaciones hacen parte de la consolidación del modelo neoliberal en nuestro país, un modelo impuesto por una burguesía colombiana apátrida, cuyo único interés radica en continuar su proceso de acumulación de riqueza en detrimento de los intereses y necesidades de la mayoría de la población colombiana. 

En el escenario educativo, la privatización también ha estado influenciada por la aparición de la denominada “sociedad del conocimiento”; la cual plantea que todo conocimiento expresado en estudios, investigaciones, innovaciones e invenciones tecnológicas, tienen un valor en si mismo que se materializa en un precio (mercancía cognitiva). Desde esta óptica, la universidad ya no es concebida como el espacio de formación de sentidos sociales que aportan críticamente a la transformación del país, sino como un escenario dirigido a crear fuerza de trabajo en función de las necesidades de empresas transnacionales, y a producir mercancías cognitivas que representen mas acumulación de capital.